Las ardillas son roedores encantadores, de ahí que muchas personas las elijan como mascota. Sin embargo la gran mayoría de estas especies de la familia de los esciúridos han sido catalogadas como especies invasoras con peligro para los hábitats y ecosistemas terrestres del mundo. Y es que además de reproducirse a un buen ritmo, las ardillas son especies con un gran potencial colonizador. Así como sucede con otros mamíferos placentarios, los hábitos reproductivos de las ardillas, la cantidad de crías que pueden tener por camada, el tiempo de gestación y otros aspectos, varían de una especie a otra, aunque con algunas similitudes. Conozcamos entonces las peculiaridades de la gestación de las ardillas y de sus costumbres reproductivas.
Madurez sexual y apareamiento de las ardillas
Las ardillas son roedores de hábitos arborícolas, lo que quiere decir que pasan la mayor parte de su vida en solitario, saltando de un árbol a otro. Pero la época reproductiva es la excepción, sin importar el género o la especie de ardilla, machos y hembras se buscan para el apareamiento. Las ardillas hembras logran completar su desarrollo sexual cuando cumplen los 12 meses de vida, fecha que puede coincidir con la llegada de la primavera si se trata de una ardilla oriental u otra especie con dos camadas por año (generalmente nacen en primavera y verano).
Los rituales del cortejo pueden ser bastante similares en todas las especies de ardillas. Por lo general las hembras en celo utilizan marcas odoríferas, para atraer a los machos que se encuentran en territorios colindantes al suyo. También pueden valerse de vocalizaciones para hacer saber al resto que están receptivas y buscando pareja.
Los machos perciben las feromonas en el aire y abandonan sus rutinas por completo para acudir al territorio donde se encuentran las hembras fértiles, pero al llegar es posible que encuentren otros contendientes. Generalmente no suele haber cópula sin algún enfrentamiento entre machos, y no son solo el factor de tamaño y fuerza los que le dan la victoria a uno u otro, sino también la madurez. Por lo general los jóvenes inmaduros no tienen posibilidad de salir victoriosos de una pelea con un macho de mayor edad. En cualquier caso el macho vencedor que ha logrado establecer su supremacía, es el que gana el derecho de apareamiento.
A pesar de esto la hembra puede aparearse con varios machos durante los días que suele estar receptiva (puede ser de horas a semanas), ya que no son animales monógamos. Es por esta razón que el primer macho que copula con ella sella la vagina con una sustancia tipo cera no seminal, como si se tratase de un tapón. El propósito del macho con esta barrera natural es impedir que otras parejas sexuales fertilicen a su compañera y asegurar su paternidad. De esta manera la camada de una hembra siempre va a tener un único padre, a pesar de que esta se haya apareado con otros más durante el mismo celo.
Período de gestación de las ardillas
El tiempo de gestación de las ardillas está fuertemente determinado por el tamaño de la especie en cuestión. Las ardillas de mayor envergadura (ardillas grises, ardillas zorros) suelen tener un período de gestación que oscila entre 38 y 46 días, mientras que las más pequeñas ven nacer a sus crías antes de cumplir los 30 días (como el suslik moteado). Las especies tropicales y africanas exóticas pueden llegar ser la excepción de la regla, con un tiempo de gestación máximo de hasta 65 días
Gestación de las ardillas
La gestación de las ardillas transcurre en muy poco tiempo, sobre todo cuando se trata de especies muy pequeñas. Al final del embarazo las hembras ganan bastante peso y se les dificulta abandonar el nido. También se ponen agresivas con cualquier intrusión, por lo que si se trata de una mascota debemos reprimir nuestra curiosidad y dejarla sola durante los últimos días de gestación.
Para el nido, lo usual es que las ardillas que viven en libertad elijan una madriguera en la tierra o la oquedad de un árbol. Las ardillas domésticas pueden usar un nido que les proporcionemos, pero es importante durante la gestación no contaminarlo, porque si la hembra siente otro olor puede llegar a abandonarlo.
Nacimiento y cría de las ardillas
El parto de las ardillas suele ser nocturno, sin importar la estación en que se produzca la hembra se recluye en su nido, a esperar a que el sol se oculte para tener a la camada.
Las crías de ardillas suelen nacer muy poco desarrolladas y con un bajísimo peso que puede llegar a ser de apenas 4 gramos (depende de la cantidad de crías de la camada y la especie). También al nacer son sordas y ciegas, solo poseen totalmente desarrollo el sentido del olfato para poder localizar a la madre y alimentarse de su leche. En cuanto a la apariencia, la piel es bastante sonrosada, con ausencia total de pelo.
El desarrollo de las crías de ardillas es vertiginoso. Pasan de no tener ni un pelo a tener un pelaje abundante en pocos días. Con un mes ya son capaces de abandonar el nido y comenzar a reconocer el territorio. Cerca de los dos meses se destetan por completo de la madre y empiezan a alimentarse de frutos secos. Sobre los 3 meses son totalmente independientes y abandonan a su progenitora.
Cantidad de crías de las ardillas
Las ardillas pueden tener de 1 a 3 camadas por año, aunque lo usual es que la mayoría de las especies solo tengan dos (a inicio de primavera y verano). La ardilla india es la más prolífera del género, con 3 embarazos al año. Dependiendo de las características anatómicas de la hembra y la cantidad de camadas por año, pueden ver nacer de 2 a 15 crías en cada nacimiento.